«¿Existe, pues, una providencia diabólica que prepara para la desdicha desde la cuna, que arroja con premeditación naturalezas espirituales y angélicas en medios hostiles, como mártires a los circos? ¿Hay, pues almas sagradas destinadas al altar, condenadas a marchar a la muerte y a la gloria, a través de sus propias ruinas?»
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