lunes, 4 de abril de 2011

La capacidad de transformación de la novela

«Maurice Nadeau sostiene que una novela que deje tal cual al escritor y al lector es una novela inútil. Es cierto. Cuando hemos terminado de leer El proceso no somos la misma persona que antes (y seguramente tampoco Kafka después de escribirlo).»



Ernesto Sábato, El escritor y sus fantasmas, Seix Barral, Bs. As., 2006.

sábado, 2 de abril de 2011

Las aspiraciones del intelectual

En El hombre rebelde, Camus nos cuenta: «Un extravagante romántico, descubierto por Raymond Queneau pretende que el objetivo de toda la vida intelectual consiste en llegar a ser Dios».

El silenciado Sábato

Borges, en una de las conferencias que ofreció en el teatro Podestá de Buenos Aires, dijo: «Ahora es costumbre hablar mal de José Mármol , o no hablar de él, lo cual es otro modo de hablar mal también». Lo mismo podría decirse de Ernesto Sábato, ignorado actualmente por las universidades argentinas. Nos llegan noticias, eso sí, de que es reconocido en España, especialmente por la SGAE (Sociedad General Española de Autores y Editores) que lo promovió como candidato al premio Nobel en reiteradas ocasiones. En su conocido «Querido y remoto muchacho», el escritor reflexiona, tal vez previendo su suerte:

«Y por eso tan pocas veces el creador es reconocido por sus contemporáneos: lo hace casi siempre la posteridad, o al menos esa especie de posteridad contemporánea que es el extranjero, la gente que está lejos, la que no ve cómo te vestís.»

viernes, 1 de abril de 2011

Teoría y práctica, Mario Benedetti.

Señoras y señores
hoy trataremos del imperialismo
tema difícil si los hay
y a veces engorroso de sitiar
en sólo media hora de pésimas noticias


en consecuencia intentaré abordarlo
tal como en un pasado alegre y misterioso
se solía abordar los bajeles piratas
quiero decir
de un modo irregular


digamos por ejemplo
que una campana suena a lo lejos mansa
y purifica el diálogo y se queda
como el sol en las copas de los árboles



a pesar del calor el horizonte
se pone su bufanda
y unos pájaros sueltos y agilísimos
la recorren
y no son golondrinas


nada de eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que una muchacha quiebra la mañana
con sus caderas móviles
sus ojos perentorios
sus labios de cosecha
su paso que no pasa
y el muchacho espera invencible y modesto
la incluye en su destino la estudia poro a poro
y así centineleándola
se atreve o no se atreve


tampoco eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que un niño escucha el mundo y decidiéndose
le echa su bocanada de candor
aprende cómo son sus pies y se los come
discute con el techo y lo convence
llora para variar y porque sabe
que a su alarido comparece el seno
con su promesa láctea y esa piel
que le gusta sentir junto a los párpados
y sabe que es feliz aunque no sepa
qué precio va a pagar o qué desprecio


tampoco eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que un viejo está aprendiendo el alfabeto
y clave en su memoria los diptongos
y las esdrújulas que son tan cómodas
porque llevan acento indiscutible
tiene rostro de cuáquero este viejo
pero el alma la tiene de resorte
y escribe llubia porque en su campito
nunca vio que lloviera con ve corta


tampoco eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que una máquina late en el delirio
dice ruidosamente su producto
y las manos lo ayudan lo enderezan
lo limpian lo acicalan y lo envasan
manos que se conocen hace años
y hace años se mojan y se secan
se dan la bienvenida y los adioses
se preguntan se llaman se responden
se apoyan en la máquina materna
que dice su producto y carraspea
y cuando las ve juntas veteranas
suelta dos o tres lágrimas de aceite


tampoco eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que en la serena noche conyugal la pareja
hizo un hijo porque le dio la gana
y le ha dado la gana porque sabe
que un hijo es el profeta cotidiano
irá anunciándolos de sol a sol
irá diciendo a todos que es un hijo
y se alimentará con insolente
apetito y probará la patria
como si fuera pan caliente y nuevo


tampoco eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que la frontera pierde sus aduanas
y hasta nos invadimos los unos a los otros
nos prestamos volcanes y arroyitos
y cobre y antropólogos y azúcar
y lana y proteínas y arcoiris
y alfabetizadores y durmientes
y poetas y prosistas y petróleo
y el contrabando queda para el viento
y para los amantes migratorios


tampoco eso es el imperialismo


digamos por ejemplo
que la lluvia y el sol nos pertenecen
también el sobrecielo y el subsuelo
las provincias de nuestro corazón
y el territorio de nuestro trabajo


somos iguales ante los iguales
en un mundo de pares y sin otros
una linda locura de los cuerdos
y cierta estratagema de justicia
vamos poniendo tildes a presagios
que se cumplieron o se están cumpliendo


en un comienzo fuimos sólo islas
ahora somos urgentes archipiélagos


tampoco eso es el imperialismo

y digamos por último
que tenemos la noche y nuestra casa
y un reloj que no cuenta hacia la muerte
la ciencia avanza tanto que ha logrado
aislar el virus de la xenofobia
y la patria es ahora un salado bautismo
que va de mar a mar
y los abismos siguen existiendo
aunque nadie se arroje a su silencio


siempre es duro vivir pero se vive
dentro de las esclusas de la vida

y una vez más afirmo
nada de esto es el imperialismo


confío no haber sido demasiado sectario
en el enfoque teórico del tema


señoras y señores
acaba de avisarme un compañero


que afuera nos esperan los señores gendarmes
tal vez para brindarnos alguna clase práctica


deseémonos coraje
y buena suerte

he dicho
muchas gracias




Mario Benedetti, La casa y el ladrillo, ed. Losada, Bs. As., 1998.