viernes, 6 de julio de 2012

El sino del poeta, de Ambrose Bierce


EL SINO DEL POETA
(Ambrose Bierce, en Fábulas fantásticas)


Un Objeto que estaba caminando por el Camino Real, envuelto en honda meditación y en poca cosa más, súbitamente se encontró antes las puertas de una ciudad extraña. Cuando solicitó ser admitido, fue detenido como indigente y llevado ante el Rey.
—¿Quién eres —interrogó el Rey—, y cómo te ganas la vida?
 —Soy Snouter el descuidista —replicó el Objeto, inventando rápidamente—, carterista.
El Rey estaba por ordenar su liberación, cuando el Primer Ministro sugirió que examinaran los dedos del prisionero. Se descubrió que estaban muy achatados y encallecidos en los extremos.
—¡Ja! —exclamó el Rey— ¡Se lo dije! Es adicto a contar sílabas. Un poeta. Llévenlo con el Gran Señor Disuasor del Hábito de la Cabeza.
—Mi señor —dijo el Inventor Ordinario de Penas Ingeniosas—, me atrevo a sugerir un castigo más sagaz.
—Dígalo —contestó el Rey.
—¡Permitirle que conserve esa cabeza!
Eso fue lo que se ordenó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario