domingo, 1 de marzo de 2009

La espada de Damocles

En La espada de Damocles, 1812 de Richard Westall, los jóvenes muchachos de la anécdota de Cicerón han sido sustituidos por vírgenes con un patrón neoclásico, Thomas Hope.


Damocles pertenece más a la leyenda que a la historia griega. Cicerón la nombra en sus Tusculanas. El cuento es simple: Damocles, cortesano de la corte de Dionisio I, envidiaba a éste por su puesto de poder y la aparente vida cómoda que llevaba. Con el fin de escarmentarlo, Dionisio ofreció intercambiar sus puestos, y así, Damocles se vio fácilmente sentado en el trono. Organizó, entonces, un gran banquete y gozó haciendo servirse como rey. Al final de la fiesta, levantó la cabeza y descubrió con horror que durante todo ese tiempo una espada desnuda pendía sobre su cabeza, atada por un solo pelo de caballo. Comprendiendo los peligros que acarrea el poder, Damocles pidió a Dionisio abandonar ese peligroso puesto.

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